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jueves, 22 de noviembre de 2012

"Los y las", el español feminista


"¡Qué feo se lee un escrito con la infinidad de: los y las, ciudadanos y ciudadanas, niños y niñas!" se me quejaba un compañero de trabajo ya exhausto de tanta equidad de género textual. Y es que desde hace algún tiempo atrás y con especial énfasis desde que se aprueba la nueva Constitución Politica del Estado, que estamos usando esa diferenciación en todo lo que se pueda.

Una muestra de ese lenguaje es también la presidenta argentina Cristina Kirshner, quien usa infinidad  de veces la diferenciación de género, sin que esto le provoque cansancio alguno, ni siquiera estrés, o como alguien diría, ni se despeina.

En Bolivia,  el Presidente Evo Morales, se esfuerza por utilizar un lenguaje inclusivo, comenzando la mayor parte de sus discursos con su acostumbrado: "compañeros y compañeras". Y es menester decir también que él ha impuesto ese lenguaje en todo su gabinete.

Pero ¿qué dice la Real Academia de la Lengua Española al respecto?. Está en absoluto desacuerdo del uso insdiscriminado de ese lenguaje y sus miembros han salido más de una vez a criticar a grupos feministas y a decirles que si hay una multitud de hombres y mujeres, simplemente se dirá "ellos, todos, estos" y no ellos y ellas, todos y todas, estos y estas.

En respuesta los grupos feministas se manifiestan indicando que se revise la lista de los miembros de la RAE: ¡Están conformados casi sólo por varones!, reclaman efusivas.

Sin embargo, lo importante del uso o no de este lenguaje inclusivo, pasa, no tanto por las adscripciones estrictamente gramaticales. Debe entendérselo como la lucha de esos grupos por hacernos visibles ante un mundo que por lo general nos ha obviado. Un mundo que dice "el hombre y su grandeza" cuando debiera usar "el SER HUMANO y su grandeza" o los abusivos letreros de "hombres trabajando" cuando dentro de la obra hay una gran cantidad de obreras.

Ahora, la lucha por no sentirnos discriminadas no acaba con el uso de ese lenguaje, es sólo una parte de la lucha que finalmente deberá acabar con un bonito "cero" colocado en los índices de violencia contra las mujeres, de acoso laboral o sexual, y el abuso de poder que a cachos nos pone tan a la defensiva, por lo que acabo esta humilde columna con un claro y nunca tan bien dicho, hasta pronto a todas y todos.






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