Vistas de página en total

domingo, 25 de noviembre de 2012

25N Y FEMINICIDIO

Esta mañana me levanté más feminista que nunca. Hoy se celebra el día internacional de lucha por la no violencia contra las mujeres y claro, no es para menos, el día amerita de mi parte, una nueva entrada en mi blog.

Para ello rescato la palabra FEMINICIDIO o FEMICIDIO, que curiosamente no es una palabra según nuestra rectora sobre el habla hispana, la Real Academia de la Lengua Española, RAE, ya que en su portal web se puede verificar que "La palabra feminicidio no está registrada en el Diccionario. Las que se muestran a continuación tienen formas con una escritura cercana: feticidio, filicidio" (http://lema.rae.es/drae/?val=feminicidio)

.
Y bueno, ahora los cables parecen mal puestos, porque esa palabra usada para sintetizar el asesinato perpetrado contra una mujer, por el hecho de SER MUJER, no había sido del todo conocida y/o aceptada.

Sin embargo de ello, y dada mi característica rebeldía sobre estos casos, asumiré mi responsabilidad de usarla, aunque no sea española, y no me esforzaré por buscarle algún sentido, quizá oculto, detrás de la no inclusión de la misma en el diccionario de la RAE. Por el contrario insistiré que en nuestro contexto, esa palabra de algún modo ha calado ondo en el mundo periodístico, en el parlamento (ya que por fin fue incluida en el léxico de los asambleístas), en las autoridades y en el público en general que (gran logro gran) sabemos que es capaz de sentir escalofríos cuando se la pronuncia.

Primero, la conceptualización. Según un informe de la CLADE, en un apartado referido al concepto manejado en Bolivia, feminicidio es considerado como:"...una forma extrema de violencia basada en la inequidad de género, entendida ésta como la violencia ejercida por los hombres hacia las mujeres en su deseo de obtener poder, dominación o control" (monitoreo-sobre-feminicidiofemicidio-en-bolivia-ecuador-paraguay-peru-y-republica-dominicana), por lo que se puede inferir que en Bolivia, dada la cantidad y el grado de maldad impuesta en las muertes perpetradas hacia las mujeres por sus propias parejas, ya por celos, por un embarazo no deseado, porque "estaba borracho y o se acuerda", se pueden definir claramente como crímenes feminicidas, devenidos de un odio incomprensible hacia las mujeres en general.

De igual modo cabe resaltar  que, según un informe del CIDEM (Centro de Información y Desarrollo de la Mujer),se registra un feminicidio cada tres días, es decir que cada tres días una mujer muere por el hecho de ser mujer, y aún más preocupante es el dato que afirma que de 355 casos denunciados, tan sólo 27 fueron a proceso, llegando a la triste conclusión de que las mujeres no sólo somos vulnerables ante el horror del feminicidio, sino que también nos debemos enfrentar al silencio y complicidad del aparato judicial que pocas veces actúa entendiendo la gravedad del problema.

Vivimos en una sociedad enferma de odio y violencia, donde se transmiten valores prejuiciosos por generaciones. Hoy quiero levantar mis voz en homenaje a las mujeres que ya no están aquí, que fueron víctimas de feminicidio. Reclamar a las instancias públicas que actúen con prontitud para castigar a los feminicidas, y, por último, rogar e implorar a las que estamos vivas, que no seamos cómplices. Mamás de hijos varones, no concintamos a un asesino, enseñémosle a llorar, a compadecerse del dolor ajeno, que no aprendan que los hombres tienen la exclusividad sobre una vida. A las mamás de hijas mujeres, enseñémosles a quererse a sí mismas, quererse mucho, a precautelar su integridad, a que aprendan que nada hay más sagrado que ellas mismas, su cuerpo, su espíritu, sus alas.







No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario y nutre mi blog, mejor si eres preciso, sino, alárgate también que este blog ¡tiene aguante!